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Brasil en el contexto del nuevo orden mundial

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Desde el inicio del siglo XXI, Brasil se ha consolidado como un protagonista esencial en la escena internacional, jugando un rol vital en la transformación del entorno global. Este destacado papel se atribuye a su gran extensión territorial, numerosa población, abundantes recursos naturales y una política exterior enfocada en el multilateralismo y la búsqueda de independencia. Analizar la participación de Brasil en la nueva estructura mundial implica observar sus asociaciones, liderazgo en agrupaciones regionales, su voz en debates sobre el medio ambiente y su impacto en asuntos globales de seguridad y economía.

Aumento económico y diplomacia dinámica

Durante las primeras décadas de este siglo, Brasil experimentó un crecimiento sostenido que le permitió consolidarse como una de las mayores economías globales, situándose consistentemente entre los diez primeros del mundo por Producto Interno Bruto, según datos del Banco Mundial. Este avance económico brindó fundamentos sólidos a su proyección internacional, permitiéndole negociar en condiciones más favorables con potencias tradicionales como Estados Unidos, China y la Unión Europea.

La diplomacia de Brasil ha tomado un rol influyente en espacios multilaterales. Sobresalen su intervención y protagonismo en el G20, además de su papel fundamental en la creación de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que buscan ofrecer opciones al sistema financiero y político controlado por Occidente. Dentro de este grupo, Brasil pone énfasis en la relevancia de la agricultura y la seguridad alimentaria, áreas donde sus modelos de producción y su capacidad para exportar actúan como ejemplo y motor de negociación frente a las restricciones impuestas por competidores y mercados ya establecidos.

Estrategias regionales: Mercosur y liderazgo en Sudamérica

El principal impulso del Mercosur ha sido Brasil, que reúne a diversas naciones de América del Sur con el objetivo de formar un mercado unificado y fomentar la integración regional. En tiempos recientes, Brasil ha promovido acciones para renovar los acuerdos dentro del bloque y reforzar la colaboración política, económica y tecnológica. Estas iniciativas pretenden proporcionar a la región una voz más unificada para negociar acuerdos comerciales internacionales y enfrentar retos comunes, como la seguridad en las fronteras, el desarrollo sostenible y la lucha colectiva contra el crimen organizado transnacional.

En contextos de crisis, como la inestabilidad política en Venezuela o la pandemia de COVID-19, Brasil ha mostrado capacidad de convocatoria y respuesta, aunque no sin críticas respecto a la consistencia e inclusividad de sus políticas. A través del Banco de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), ha financiado proyectos de infraestructura que apuntalan la conectividad regional y refuerzan los lazos políticos y económicos.

Potencia ambiental y desafíos de la Amazonia

Un tema muy observado por la comunidad global es la función de Brasil en cuestiones ambientales. Con gran parte de la selva amazónica en su territorio, el país atrae la atención mundial debido a su influencia en el cambio climático, la biodiversidad y el desarrollo sostenible. En conferencias ambientales como la COP, sus negociadores han presionado por mecanismos que consideren las especificidades de los países en desarrollo, demandando transferencia de tecnología y financiamiento internacional para la conservación y la gestión responsable de los recursos naturales.

Aunque las controversias por el aumento de la deforestación y las políticas ambientales más flexibles en gobiernos recientes han surgido, Brasil continúa siendo fundamental en las negociaciones sobre el clima, teniendo la capacidad de influir en la dirección de las normas globales y en los esquemas de cooperación entre el norte y el sur.

Seguridad internacional y desafíos de gobernanza

Brasil promueve una estructura global que sea más inclusiva y justa. De manera reiterada, aboga por la reestructuración del Consejo de Seguridad de la ONU para adaptarse a la realidad multipolar del siglo XXI, respaldando un asiento permanente para América Latina. Su papel en las misiones de paz, particularmente en Haití, ha solidificado a sus fuerzas militares como líderes en iniciativas humanitarias y de paz.

En cuanto a desafíos internos, problemas como la desigualdad social, la violencia urbana y la polarización política limitan el potencial brasileño de consolidarse como potencia global indiscutida. No obstante, sus avances en ciencia, tecnología e innovación, particularmente en el sector agrícola y en energías renovables, contribuyen a reforzar su imagen como un actor relevante y confiable en la psique global.

El escenario multipolar y el porvenir del liderazgo de Brasil

El reciente escenario mundial se caracteriza por un enfoque multipolar y la intención de lograr una representación más diversa en las decisiones globales. Dentro de este marco, Brasil ha decidido ampliar sus colaboraciones, preservando relaciones estratégicas con Estados Unidos y China, y fortaleciendo la cooperación sur-sur con naciones de África y Asia, mediante proyectos como la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) y el apoyo técnico para el progreso agrícola y de salud.

La defensa de principios como la no injerencia, el respeto a la soberanía y el diálogo como herramienta de resolución de conflictos, caracteriza la política exterior brasileña. Esta postura es reconocida por otros países del sur global, que ven a Brasil como un puente entre economías avanzadas y emergentes, capaz de articular demandas colectivas en los más diversos foros internacionales.

Brasil, con sus complejidades internas y vastos recursos, se configura como un actor crucial en la configuración del orden mundial actual. El alcance de su protagonismo dependerá de cómo gestione sus desafíos domésticos, las oportunidades de concertación entre países emergentes y la capacidad de contribuir constructivamente a los grandes dilemas globales. Así, su papel se logra no solo desde la aspiración nacional, sino desde la voluntad de incidir en transformaciones de alcance verdaderamente planetario.

Por Otilia Adame Luevano

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